Calvin Dexter.-
Más pronto que tarde, a propósito o accidentalmente, todo
fotógrafo acaba cazando ciertos sujetos con su cámara. Animales, agua,
tierra, cielo… Son componentes básicos en la fotografía y se presentan
en un sinfín de formas distintas. Durante el mes de enero en "Cómo la
hice" hemos pasado de los eufóricos saltos de un perro sobre la arena de
una playa estadounidense a una incandescente Vía Láctea bajo la atenta
mirada de un guardián inamovible, al tiempo que luchábamos contra la
gravedad y esquivábamos olas en las costas de Francia. Hemos viajado por
tierra, mar y aire en 31 días.
Y después de inspirarnos con el trabajo de otros, en el primer tutorial del año hemos aprendido a utilizar la cuadrícula para reencuadrar mejor nuestras capturas en Photoshop. También hemos explicado cómo crear un efecto de zoom, dado unos consejos sobre cómo agrupar las capas en carpetas y mostrado cómo cambiarle el color de los ojos a una persona.
Saltando en la arena. Poco podía imaginarse Heather West
aquella mañana del pasado mes de octubre que haría una de sus fotos más
populares y apreciadas. Había salido a pasear por una playa de Oregón
(Estados Unidos) con su perro George y no pudo evitar captar con su
cámara algunas de las hilarantes acciones de su hiperactivo "jack
russell terrier".
© Heather West

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Contención. Apasionado de la fotografía de naturaleza y paisajes, Tiago Pinheiro
se encontraba en el lugar adecuado a la hora correcta. Fue así cómo
consiguió captar, sin poner su vida en peligro en ningún momento, una
impactante imagen en la que, según él mismo explica, se puede apreciar
la confrontación entre el hombre y la naturaleza.
© Tiago Pinheiro

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Surf de baja gravedad. Si bien es cierto que en cualquier rincón puede haber una buena foto, algunos proyectos requieren de un pequeño viaje. Mattias Hammar
cruzó media Europa, desde Suecia hasta el suroeste de Francia, para
fotografiar surfistas realizando acrobacias y saltos imposibles. Fue
allí donde nació, entre otras, su fotografía de un joven deportista al
que no parece afectarle la gravedad de la Tierra.
© Mattias Hammar

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Solo. Cámara en mano y caminando por el puente Carl Theodor de la localidad alemana de Heidelberg como otro turista más, Klaus Pfeiffer
no pudo resistirse a fotografiar a un hombre que le recordó, por sus
andares, al mítico actor James Dean. Con una luz más propia de una
escena nocturna que de una fría mañana, el autor ajustó rápidamente su
equipo y disparó sin pensárselo dos veces.
© Klaus Pfeiffer

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Un descanso de cinco minutos. Darrell Godliman
no tenía pensado hacer ningún retrato ni mucho menos ejercitar la
fotografía de calle cuando el pasado mes de mayo deambulaba por la zona
de los London Docklands, en Inglaterra. De hecho, se había levantado con
la intención de fotografiar edificios, pero como el tiempo no
acompañaba, desvió su mirada hacia otro tipo de sujetos. Al ver tan
curiosa y divertida escena, no pudo resistirse a pulsar el botón del
obturador.
© Darrell Godliman

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El guardián del cielo. Pese a tratarse de una formación rocosa completamente natural, el buen ojo de David Martin Castan
identificó la silueta de una estatua que vigila impasiblemente la Vía
Láctea. Para dejar constancia de este hecho el autor se desplazó hacia
el lugar varias noches hasta dar con una que tuviera la climatología
adecuada. Entonces preparó su objetivo angular y captó para la
posteridad al pétreo guardián.
© David Martin Castan

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Hakata Gion Yamakasa. Aunque hoy día las
distancias parecen más cortas que nunca, la fotografía sigue teniendo el
poder de asombrar y descubrirnos tradiciones culturales que algunos
desconocemos por completo. Shinji Isobe capturó el pasado mes de julio en Japón una curiosa estampa de un festival muy popular que se celebra anualmente en Hakata.
© Shinji Isobe

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Quema mi sombra. A quien madruga, Dios le ayuda. Algo parecido debió pensar Izabela Laszewska-Mitrega
cuando, justo después del amanecer, capturó una escena que transmite
paz, tranquilidad y cierto misterio. Aunque la autora no fue la única
que se levantó temprano aquel día bañado por la niebla. El pescador de
la imagen probablemente había pasado toda la noche en su bote esperando a
su presa.
© Izabela Laszewska-Mitrega

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La fortuna de las estrellas. Pese a que no
tiene muy claro todavía si lo que capturó es el meteoro de una baliza de
iridio provocado por un satélite, lo cierto es que la imagen de Dennis Calvert
es de esas que invitan a soñar con mundos lejanos y seres de otros
planetas. Admite el autor que la fortuna siempre juega un papel
importante en la fotografía nocturna, y que si bien hay que estar en el
lugar adecuado a la hora correcta, también es cierto que hay que contar
con los conocimientos necesarios aprendidos de antemano.
© Dennis Calvert

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María en San Petersburgo. La inspiración puede aparecer en cualquier rincón y momento. Pini Hamou
había viajado hasta San Petersburgo con dos amigos para llevar a cabo
una sesión de fotos en un edificio que les habían recomendado. Fueron
aquel lugar y la atmósfera que se respiraba allí, además de la presencia
de una modelo adecuada, los elementos que provocaron el nacimiento de
una de las imágenes más apreciadas por este autor.
© Pini Hamou

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Por encima de las nubes. Pese a tratarse de una de las montañas más conocidas y fotografiadas del mundo, Gilles Monney
se las apañó para capturar una versión personal y nueva del Monte
Cervino. Con un mar de nubes a sus pies, el autor hizo a la vez de
fotógrafo y modelo en una captura que comulga cielo y tierra con gran
maestría.
© Gilles Monney

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